Honoré Daumier
Biografía
Biografia:
(Marsella, 1808 - Valmondois,
Francia, 1879) Caricaturista, pintor y escultor francés. Destacó sobre todo
como caricaturista, con litografías de sátira política, social y de costumbres
que aparecieron en publicaciones periódicas como La Silhouette, La Caricature y
Le Charivari. Se cree que realizó más de 4.000 litografías caricaturescas con
un trazo muy expresivo, capaz de ilustrar una idea con sólo un gesto o una
actitud. A partir de 1860 se dedicó también al dibujo, la pintura al óleo y la
acuarela. Estas obras, de colorido cálido, composición simplificada y grandes
contrastes de luces y sombras, no gozaron del favor del público. Daumier fue
valorado tan sólo por algunos entendidos, como Eugène Delacroix y Camille
Corot, y este último le prestó importantes ayudas económicas para impedir que
acabara en la miseria. Entre sus pinturas destaca la serie en la que presenta
al protagonista de Don Quijote de la Mancha como un héroe inmortal.
Honoré Daumier
Nacido en Marsella, Honoré
Daumier se estableció en París, donde fue aceptado en su taller por el pintor
Lenoir, quien le enseñó a dibujar según los principios de Jacques-Louis David.
En el Museo del Louvre pudo admirar y copiar a grandes maestros como Rubens,
Goya y Jean-Honoré Fragonard, mostrando, desde el principio, sus preferencias
por el dibujo, la obra gráfica y, particularmente, por la litografía.
Charles Baudelaire consideró a
Daumier uno de los mejores grabadores de su tiempo. Honoré Daumier participó en
revistas de actualidad política como La Caricature y Le Charivari, fundadas en
1830 y 1832, criticando con sus litografías el gobierno represivo de Luis
Felipe de Orleans y representando mordazmente todo aquello que tuviera que ver
con el pulso social de París: la corrupción de jueces y diputados, las escenas
ridículas de la burguesía parisina o las mujeres en lucha por su emancipación
en 1848.
A partir de 1830, la litografía
desempeñó en Francia un importante papel por sus vinculaciones con el florecimiento
de la caricatura. En realidad, antes de Daumier existía ya una escuela
romántica de arte cómico, desde Grandville a Henri Monnier. Sin embargo, fue
Charles Philipon quien aprovechó el corrosivo potencial de esta especialidad
para fines de lucha política, fundando La Caricature y Le Charivari. Una
litografía titulada Gargantúa, aparecida el 18 de diciembre de 1831,
caricaturizaba al rey Luis Felipe de Orleans convirtiéndolo en el personaje de
Rabelais, muy popular en la época. Este hecho condujo a Daumier a la prisión en
1832.
Detalle de Gargantúa (1831), de
Honoré Daumier
Una ley de 1834 decretó la
prohibición de cualquier sindicalismo, y el levantamiento obrero que se produjo
ante esta medida fue brutalmente reprimido. En pleno enfrentamiento, desde una
ventana, un trabajador llamado Lebrun mató a un oficial y, como represalia ante
este hecho, los soldados entraron en la casa y asesinaron de modo
indiscriminado a ocho hombres, una mujer y un niño. Este suceso fue el tema de
una litografía que habría de hacerse muy célebre cuando los ciudadanos de París
pudieron contemplarla unos meses más tarde, con el título La rue Transnonain
(1834, National Gallery of Art, Washington). La obra de Daumier no hizo más que
dignificar el desastre, convirtiendo un suceso particular en una condena
general a cualquier violación de los derechos del pueblo y de la sociedad en
general.
Durante el período de 1841 a
1843, Le Charivari publicó cincuenta litografías del artista tituladas Histoire
Ancienne, en las que Daumier actualizaba irónicamente algunos temas clásicos,
como el enfrentamiento entre la tradición occidental y el mundo moderno surgido
de la Revolución industrial. Tales litografías se caracterizan por su peculiar
descripción de protagonistas de la época, llena de connotaciones obscenas y
provocaciones políticas. La consideración del grabado y la ilustración como un
arte menor, menos sujeto a las convenciones estilísticas establecidas,
favoreció el desarrollo de innovaciones más sólidas y libres y logros más consistentes.
Considerado uno de los más
grandes caricaturistas de su tiempo, Honoré Daumier destacó también por algunas
pinturas de pequeño formato en las que refleja, con una evidente voluntad de
denuncia, no exenta de cierto tono intimista y en ocasiones informal, la
situación de miseria en la que se hallaba sumida la clase proletaria. Frente a
la ilustración, que se orientaba hacia la sátira política y social como forma
habitual de sustento, la pintura era vivida por Daumier como una actividad alternativa
de tono más intimista.
En general, sus cuadros parecen
inacabados, tienen fechas imprecisas o carecen de ellas, y fueron
esporádicamente presentados en los Salones. Se trata de pequeños lienzos en los
que la técnica directa, la fuerza del trazo, la magistral utilización del
claroscuro y la expresividad que surge de lo provisional permiten entender su
pintura realista como precedente de algunas corrientes expresionistas.
Vagón de tercera (1862)
Entre sus obras destacan Scapin y
Silvestre (h. 1860, Museo del Louvre, París), de resonancias goyescas en la
síntesis expresiva de los rostros; Vagón de tercera (1862, National Gallery of
Canada, Ottawa), que muestra una familia proletaria que vive con resignada
dignidad la pobreza en la urbe parisina, y La lavandera (h. 1863, Museo de
Orsay, París), que representa a una mujer trabajadora con su hijo en un logrado
contraluz, convertida por el artista en un símbolo del trabajo cotidiano y de
su dureza. La técnica rápida y abocetada de esta obra, la fuerza del trazo y la
magistral utilización del claroscuro, junto a la difusa e inquietante ciudad
que se observa al fondo, son algunas de las cualidades que pasarían a formar
parte del vocabulario expresionista de las dos primeras décadas del siglo XX.
Referencias:
1 imagen tomada de: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/d/fotos/daumier.jpg
2 imagen tomada de: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/d/fotos/daumier_vagon.jpg
Texo tomado de: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/d/daumier.htm
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